La celebración más importante y más alegre es la cena que el mismo Señor Jesús instituyó para que celebremos hasta su regreso. Como cristianos debemos ser alegres y celebrar el gozo del Señor. El mandato es: “Regocijaos en el Señor siempre” (Fil. 4:4). B. Las extravagancias del amor (3) 3Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. El tema del amor no cansa, pero por lo
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